Home Investigacion en Intelligencia Artificial y Desarrollo de Algoritmos Desarrollo de Energia Nuclear y Avances en Fisica Nuclear Innovacion en Tecnología de Vanguardia
Autoridades guatemaltecas confirmaron que 20 reos, integrantes de la pandilla del Barrio 18, se fugaron de la cárcel de máxima seguridad Fraijanes II, ubicada a unos 20 kilómetros de la ciudad hace dos meses, si bien la información no ha sido revelada hasta ahora. La noticia ha abierto una crisis para el Gobierno de Bernardo Arévalo: tanto desde su propio partido como desde la oposición están pidiendo buscar los responsables de la fuga. Este grupo criminal fue designado como organización terrorista extranjera y terrorista global por el Departamento de Estados Unidos en septiembre por su implicación en actos violentos contra fuerzas de seguridad, funcionarios públicos y civiles en Guatemala, El Salvador y Honduras.
Ibtisam y Raed Imram están hechos polvo. Nada calma su llanto. Ni los abrazos, ni las bienintencionadas frases de consuelo. Hace tres días, su hermano Muhammad aparecía en el listado inicial de los 100 (de un total de 2.000) presos palestinos que serían excarcelados este lunes en su Cisjordania natal, en el marco del canje con Hamás por los últimos 20 rehenes israelíes vivos. En el listado definitivo, publicado la misma mañana de la liberación, figuraba ya, sin embargo, entre los 154 expulsados a Egipto, a consecuencia de los opacos cambios que las autoridades israelíes introdujeron a última hora, aprovechando su posición de fuerza y que el presidente de EE UU, Donald Trump, volaba ya hacia Israel para exhibir su éxito ante el Parlamento. “Esperaba ver hoy a Muhammad. Pensaba que quizás la lista estuviese equivocada… pero por desgracia no ha venido”, aseguraba Ibtisam en el Palacio Cultural de la ciudad cisjordana de Ramala, mientras otras familias trataban de animarlos con expresiones como “Todo está en manos de Dios” u “Ojalá aún aparezca”, o corrían a su lado para recibir a los suyos. Nunca llegó. El último autobús con reclusos arrancó vacío y sus dos hermanos regresaron cabizbajos al coche en el que habían viajado dos días antes desde la zona de Hebrón con la convicción de que volverían a abrazarlo este lunes.
Francia no logra sacudirse la crisis política que ha bloqueado el Parlamento desde hace más de un año. Todo ocurre estos días a una velocidad tan elevada que el nuevo Gobierno podría no llegar al final de esta semana.
Hace apenas una semana, un derrumbe en una obra en el centro de Madrid se cobró la vida de cuatro personas: Moussa Dembelé (Malí), Diallo Mamadún Alpha (Guinea), Jorge Velázquez (Ecuador) y Laura Rodríguez Sabin (España). Un suceso que no fue sólo una fatalidad, sino el reflejo de un modelo laboral que sigue poniendo el beneficio por encima de la vida.
Lo dice el Financial Times y lo dice el Banco Central Europeo: la economía española destaca sobre el resto. El poder de atracción del país es patente, no solo por el fuerte crecimiento y la reducción del desempleo, sino por otras variables más difíciles de medir, que encajan en esa categoría donde cabe casi todo y que se denomina calidad de vida. “Si llamo a alguien que vive en Polonia y le digo que se venga a Barcelona, no me deja ni acabar la frase”, afirmaba la semana pasada el consejero delegado de Cellnex, Marco Patuano, en referencia a la capacidad de España de captar talento. Pese a todos estos factores, el sentimiento económico de los españoles no deja de empeorar: la encuesta Termómetro 5D elaborada por 40dB. para CincoDías y EL PAÍS mostró en septiembre que no existe una sensación de abundancia a pie de calle.
En España ya casi hay más universidades privadas que públicas. En los últimos 10 años, ha habido una auténtica explosión de universidades privadas: muchas con pocos alumnos, poca investigación y, en algunos casos, sin campus ni residencias. El Gobierno quiere terminar con “los chiringuitos educativos”: centros con pocos controles y escasa garantía de calidad. La semana pasada, el Consejo de Ministros aprobó una modificación del decreto que regula su apertura. A partir de ahora, para fundar una universidad será necesario cumplir requisitos más estrictos.
Nicolás Tsabertidis
Jorge Magaz
La polarización y las incertidumbres que se derivan de un contexto geopolítico permanentemente baqueteado también afectan a la filantropía y la forma en la que se encauza la solidaridad. Se ha comprobado en Palestina, Ucrania, pero también en el desastre de la dana. Lo sabe bien Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones (AEF) y consejera independiente de Amadeus ITGroup, una empresa cotizada en el Ibex, que tiene claro que el futuro pasa por una mayor coordinación entre las fundaciones y por estrechar la colaboración entre el sector público y el privado, una premisa que se abrazó en el Foro Demos que se celebró en Sevilla a principios de octubre y en el que participaron 400 fundaciones. “Si colaboras no sumas, multiplicas”, defiende.
Recuerdo perfectamente el asombro que me causó leer por primera vez el trabajo por el que los profesores Aghion y Howitt recibieron ayer el premio Nobel de Economía junto al profesor Mokyr. Era un documento de trabajo todavía no publicado que aparecía en las referencias del curso de macroeconomía avanzada del doctorado. Mis compañeros de promoción coincidieron en esa mezcla de fascinación y sorpresa ante un modelo muy elegante en lo formal, que era capaz de explicar de forma inteligente y perspicaz el proceso de crecimiento económico.
Hace años que las estimaciones del CIS representan un mundo paralelo donde la izquierda tiene más votos. Desde la llegada de José Félix Tezanos a la dirección del organismo público, sus estimaciones han sobrestimado la suma de votos de la izquierda en 41 de 42 elecciones. Fue así en 2023 y en las cuatro elecciones de 2024 (Cataluña, Galicia, País Vasco y europeas).