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La gran incógnita de la semana de la moda masculina de París, que comenzó el martes, tenía nombre y apellidos: Jonathan Anderson. El desfile de su primera colección como director creativo de Dior, un nombramiento que se anunció el 2 de junio, aunque ya en abril Bernard Arnault, director ejecutivo de LVMH, había anticipado que el norirlandés diseñaría la colección de hombre, ha desvelado varios de los interrogantes, que no eran pocos. Para empezar, porque los indicios que había ido ofreciendo la marca durante los días anteriores apuntaban en distintas direcciones: fotografías de Basquiat y Lee Radziwill retratados por Andy Warhol, unas imágenes del nuevo embajador de la marca, Kylian Mbappé, con lo que parecían prendas clásicas, e imágenes de bolsos diseños inspirados en cubiertas de libros célebres. La apuesta podía ir desde la saturación de referencias culturales y nombres propios hasta la reivindicación de la elegancia clásica o de los astros del deporte.
En esta sociedad anónima poblada cada vez de más nombres que pregonan en redes sobre la receta del buen hacer, la discusión pública sobre el bienestar docente ya no resulta suficiente. Tampoco la ambiciosa misión de acordar unas nuevas competencias para acceder a la profesión, ni hablar de manera vaga sobre mejorar sus condiciones de trabajo. Para que se recupere la dignidad del trabajador de la educación, se precisa saber qué significa ser docente hoy.
Carmen Giménez, residente en Cuenca de 23 años, acaba de convertirse en maestra de Educación Infantil, su sueño, pero el camino no ha sido fácil. “En bachillerato tuve una profesora de Filosofía que a un compañero marroquí y a mí nos daba a entender que no íbamos a llegar lejos. Se producían debates incómodos y opté por quitarme la pulsera de la bandera gitana”, recuerda. Ahora mira hacia atrás y siente orgullo, pero sabe que pertenece a la minoría. Con la llegada de las graduaciones, la Fundación Secretariado Gitano recalca que solo el 0,8% de los jóvenes estudiantes de su comunidad consigue un título universitario frente al 26% del conjunto de la población. La entidad ha reclamado este viernes en un acto en Madrid al que ha asistido la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, acciones concretas que mejoren esta minúscula cifra desprendida del estudio La situación educativa del alumnado gitano en España.