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Hace no tanto tiempo, la idea de que existiese un dispositivo capaz de pensar por sí mismo pertenecía a la ciencia ficción. De hecho, lo primero que venía a la cabeza cuando se fantaseaba con ese posible futuro solían ser imágenes de robots que con su inteligencia dominarían el mundo. Hoy, sin embargo, tenemos ya muchísimos aparatos que recurren a la inteligencia artificial para funcionar de forma más o menos independiente, aprender patrones de uso, preferencias y necesidades, prácticamente sin que nos demos cuenta. Más allá de teléfonos móviles y ordenadores, donde está más generalizada, estos son algunos de los más llamativos.
Al ser testigas, no podemos mentir: Pedro x Javis es un documental con encanto, pero que deja con ganas de más. La serie en tres episodios sobre Pedro Almodóvar que han dirigido Javier Calvo y Javier Ambrossi, estrenada en Movistar+, no promete más de lo que cumple: es un homenaje cálido y empático —y, a ratos, un tanto hagiográfico— al director que cambió el rumbo del cine español y también el de una sociedad que salía de las tinieblas. Solo que, frente a la posibilidad tentadora de explorar a fondo el significado de su cine, los Javis se inclinan por el apunte trivial y la admiración sin matices. Es una opción legítima, aunque quizá no la más estimulante.
El masajeo puede seducir durante un rato a los mirones, además de otorgar placer a aquellos que lo están practicando, pero si esa actividad se prolonga demasiado también puede llegar a agotar a los voyeurs. Esa actividad no tiene por qué ser estrictamente física. Yo he visto practicarla verbalmente y de otras formas en las relaciones de poder, en las empresas, en el halago permanente hacia los jefes por parte de trepas y oportunistas, especializados en el piropo o el servilismo a los de arriba para que estos les otorguen un hueco en el sol. Es una dedicación ancestral e imagino que practicado hasta el bochorno en el cenagoso universo de la política.
“Me viste cuando nadie lo hacía. Nos has dado a todos nuevas formas de soñar y me has cambiado la vida para siempre”. Con estas palabras dedicadas al director teatral Jamie Lloyd, la cantante y actriz Nicole Scherzinger (Honolulu, Hawai, 46 años) concluía hace un par de semanas su emotivo discurso de agradecimiento al aceptar su primer premio Tony por su papel de Norma Desmond en Sunset Boulevard, su debut en Broadway, meca de los musicales. La obra, una nueva versión de la pieza de 1994 protagonizada por Glenn Close y dirigida por Andrew Lloyd Webber (y a su vez, basada en la película de Billy Wilder El crepúsculo de los dioses, de 1950), se cruzó en el camino de la hawaiana para reconducir su carrera justo cuando muchas compañeras de profesión empiezan a desaparecer del mapa, víctimas del edadismo de la industria.
Mientras el mundo destina miles de millones de dólares al gasto militar, más de 244 millones de niños, niñas y adolescentes siguen hoy fuera de la escuela, según datos de la Unesco. En Gaza, más del 90% de las escuelas han sido dañadas o destruidas; en Sudán, casi 10 millones de niños y niñas han sido expulsados del sistema educativo por el conflicto armado. La educación, ese derecho fundamental que debería ser garante de otros, es hoy uno de los más vulnerados y a la vez más invisibilizados.
Ayer, Munroe Bergdorf (Stansted Mountfitchet, Reino Unido, 37 años) acudió a la fiesta de verano de la Royal Academy of Arts de Londres. Esta mañana, tras aparecer entre las mejor vestidas del evento en los medios más prestigiosos, la modelo, escritora y activista transexual ha pedido retrasar un poco la entrevista y la sesión de fotos que van a tener lugar en este estudio en Whitechapel al que acaba de llegar, sonriente, sin apenas rastro, ni en su semblante ni en su actitud, de cualquier estrago causado por una noche larga entre la flor y la nata de la cultura y la moda londinense. “Bueno, si me podéis traer un red bull y una chocolatina mars bars…”, nos pide con una seductora sonrisa culpable. “Necesito un poco de azúcar”.
Entre los vídeos más virales de redes sociales, hay un tema recurrente: el cuidado del cabello. Decenas de usuarios comparten un supuesto truco para identificar el tratamiento más adecuado. Consiste en arrancar un cabello y colocarlo en un vaso con agua. Según explican, el comportamiento del mismo —si flota o se hunde— revelaría sus necesidades. Pero los expertos consultados por EL PAÍS consideran este método poco fiable. También circulan en redes otras recomendaciones, como el uso de prechampú o masajeadores de ducha. Tres especialistas aclaran qué prácticas son útiles y qué hábitos aconsejan para mantener un cabello sano.
Kilian Jornet Burgada (Sabadell, 37 años) regresa a Western States, la carrera de 100 millas más antigua del mundo y la que menos se adapta a su perfil montañero –tiene 5.500 metros de desnivel positivo, casi la mitad que el Ultra Trail del Mont Blanc, en los 160 kilómetros que unen Olympic Valley con Auburn entre cañones californianos a más de 40 grados– al servicio de la ciencia en busca de repetir la corona que logró en 2011. “Es la antítesis de lo que me gusta. No estoy en un momento en el que busque resultados. Puede molar porque realmente sale de mi zona de confort. No me preocupa fallar y me motiva que sea una cosa distinta”. Jornet trasciende a sus rivales y corre directamente contra la biología.
Era la primera vez que Omri Boehm (Gilon, 46 años) regresaba a Alemania después de que, por presiones de la embajada israelí, se suspendiese el discurso que debía pronunciar en Buchenwald por el 80° aniversario de la liberación de este campo de concentración nazi. Fue a principios de abril. Ahora, en junio, se hallaba de nuevo en “el lugar del crimen”, este país marcado todavía por el Holocausto y donde las críticas al Gobierno de Israel, como le ocurrió a Boehm, pueden ser motivo de cancelación.
Cada año la Peintresse, una pintora gigantesca, escribe un número en un monolito kilométrico que se entrevé en el horizonte, y toda la gente que tiene la edad de ese número muere, convertida de repente en un amasijo de cenizas y pétalos. Hartos de esta situación, Gustave y sus amigos inician una expedición para poner fin a la maldición. Es el punto de partida de Clair Obscur: Expedition 33, el juego mejor valorado del año en el agregador de notas Metacritic. Y todo un éxito de ventas: en su primer mes (salió al mercado hace dos meses) vendió 3,5 millones de copias. Por factura visual, por estética, por ambición y por sistemas de juego, nadie pensaría que no es una de las superproducciones más caras del mundo de los videojuegos, que cada vez más superan a las películas más caras (no es raro que los videojuegos más esperados del año superen los 200 millones de euros de presupuesto). Sin embargo, el juego solo ha costado unos 10 millones de euros.