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Tras el éxito del Get ready with me (prepárate conmigo) llega el #morningshed, la rutina que garantiza un despertar radiante tras un extenuante protocolo de belleza nocturna que supera con creces la aplicación de un sérum o crema reparadora. “Cuanto más fea te vas a la cama, más guapa te despiertas”, afirma Ashley West en una publicación de TikTok que acumula más de nueve millones de visualizaciones mientras se deshace de un rulo rizador de seda capilar, una mascarilla antipapada con forma de correa atada a las orejas, sendos parches para la zona de las ojeras, una tira nasal y una pegatina con forma de labio sobre la boca. La publicación de West incluye una voz en off con la famosa cita de Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York: “Quizás tengas que dejar atrás quién eras para convertirte en quien serás”. Una frase sacada de contexto, porque el cambio al que se refería Bradshaw era interior. Este es una de las versiones más simples que circulan por la plataforma del fenómeno #morningshed.
El Consejo de Ministros aprobó la semana pasada un real decreto para permitir, por vez primera en España, el uso terapéutico del cannabis en hospitales para determinadas dolencias frente a las que otros fármacos se hayan mostrado ineficaces. El texto es el resultado de cuatro años de trabajo desde que se constituyese en el Congreso una subcomisión encargada de su estudio y ve la luz tras un año de consulta pública del borrador.
“El Tercer Reich comienza a mil metros sobre el nivel del mar”, escribió el escritor y militar nazi Adam Wandruszka, según una cita que recojo del brillante libro de Pablo Batalla, La bandera en la cumbre, en cuya presentación tuve la suerte de participar hace unos días. Batalla se pregunta de cuántas maneras se puede subir una montaña: no con cuántos pies o piolets o cuerdas, sino con qué ideas en la cabeza. Entre los distintos tipos de montañismo de los que se ocupa (el liberal, el conservador, el feminista, el cristiano, el comunista, etcétera), se incluye también -claro- el fascista, que veía en las cimas un desafío a la voluntad y un alojamiento de los dioses, última frontera entre la tierra y el aire, como se anticipa ya en La luz azul, la hipnótica película de 1932 de Leni Riefenstahl. De la montaña a los fascistas les atraía lo mismo que horrorizaba a los primeros sherpas del Himalaya: el sacrilegio, la idea de destronar a los dioses para ocupar su lugar.
Reducir el problema de la Justicia española a un debate sobre el lawfare, los jueces conservadores o progresistas o su independencia e imparcialidad es interesante. Pero distrae. El gran problema judicial, el que más perjudica a los ciudadanos, es su atasco: es estructural, creciente, de los mayores de Europa y a lo que nunca se ha querido poner un remedio eficaz.
Ciertos pequeños detalles en la comunicación oral periodística provocan una buena o una mala impresión en el público, sobre todo en quienes conocen la materia y ejercen influencia en sus entornos. Entre esas minucias importantes figura la correcta pronunciación de los antropónimos de otras lenguas.
Actuar consiste en ser lo que uno no es, sea en un escenario, sea en una pantalla. Por tabú, por las diferentes sensibilidades del humor e incluso por un mero desafío, a lo largo de la historia muchos actores y actrices han interpretado personajes de otros géneros. Pero, conforme evoluciona la sociedad, cada vez más actores y espectadores se sienten incómodos con una industria que prefiere los intérpretes normativos y deja de fuera a las minorías. Y en una comunidad como la trans, con muchas personas en industrias creativas y una elevada tasa de paro, esa incomodidad se convierte en una reivindicación.
Cada setmana condueixo unes quantes hores, així que fa temps que provo pòdcasts per fer-me companyia. He escoltat recomanacions d’amigues i coses a l’atzar, he triat produccions guiant-me per la casa que les fa. Sovint n’aguanto un parell de capítols i després me’n canso (potser el problema és meu). També em passa que els que més m’interessen són en llengües estrangeres, cosa que és una murga, perquè m’exigeix parar una atenció extra i sempre et pot tocar un mortificador accent de Saxònia o un cineasta amb la veu rogallosa. He descobert també que molts pòdcasts catalans són una conversa una mica d’estar per casa o que els costa sortir del plantejament superficial, que entenc perfectament que és exigible per tenir un mínim èxit.
Una Barcelona cada vez menos pata negra, donde los vecinos que han vivido toda la vida en la ciudad ya no son mayoría, donde la población migrada aumenta (entre las rentas bajas, pero cada vez más también en las altas), y con grandes brechas socioeconómicas (de renta, pero también educativas o de condiciones laborales). Pero donde los ingresos de los hogares crecen y que contiene la pobreza, que por primera vez en la serie cae por debajo del 20%. Son aspectos a destacar de la Encuesta Sociodemográfica que la Oficina de Datos del Ayuntamiento elabora cada dos años desde 2017 y de la que se acaba de publicar la edición 2024-2025.
Se ven sin ningún esfuerzo a través de las ventanillas del coche saliendo o entrando a Barcelona por la C-33. Decenas de chabolas se amontonan a muy pocos metros de la autopista y, semana a semana, aparecen nuevas construcciones, si es que se las puede llamar así. Empezaron como clásicas casitas de huerto, evolucionaron hacia pequeñas infraviviendas y algunas ya van por la segunda planta. Es la favela del Besòs. En la Zona Franca las infraviviendas toman forma de tienda de campaña. Y en El Prat de Llobregat y Badalona están escondidas dentro de antiguas naves industriales y otros edificios en desuso. Escondidas es un decir, claro. Pueden pasar desapercibidas para el observador feliz que solo ve el área de Barcelona a vista de pájaro o como un parque temático global pero no para quienes viven allí.