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El atentado contra el aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay revive uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Colombia: la violencia política como método de silenciamiento y ruptura democrática. El ataque, perpetrado por un adolescente de 15 años durante un acto público, no solo dejó al senador del Centro Democrático en estado crítico, sino que despertó el fantasma de los magnicidios que marcaron a sangre y fuego la vida institucional del país en las décadas de 1980 y 1990.
El Partido Popular escenificó ayer en Madrid un nuevo acto multitudinario de protesta contra el Gobierno, el sexto desde las pasadas elecciones. Bajo un sol contundente, decenas de miles de personas de toda España (100.000 según la organización, 50.000 según la Delegación del Gobierno) participaron en la concentración, donde el líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, exigió el fin de un Gobierno que, dijo hiperbólicamente, “ha llenado todo de corrupción, de cloacas y de mentiras”. La manifestación, además, sirvió como ensayo general del 21º Congreso de los populares, que se celebra en la capital en menos de un mes.
Los narcisistas se parecen mucho a los psicópatas. Los dos sufren déficit de empatía, y eso les permite manipular a otros sin remordimiento para conseguir lo que quieren: admiración, placer, poder y control. Los dos se dan aires de grandeza, a pesar de ser fundamentalmente mezquinos, y esperan tratamiento exclusivo, aunque los narcisistas necesitan demostrar constantemente que son superiores al resto, mientras que los psicópatas no necesitan confirmarlo porque ya están convencidos de que lo son. Los dos carecen de sentido de la culpa y nunca se hacen responsables del daño que causan o de lo que sale mal. La diferencia clave es que los narcisistas viven dominados por la vergüenza, mientras que los psicópatas no saben lo que es. Sabemos que Trump y Musk son narcisistas porque son personas inestables, intolerantes a la crítica, y propensos al conflicto y la pataleta. Típicamente, creyeron desde el principio que podían aprovecharse el uno del otro sin consecuencias ni reciprocidad. Como dice Jabois, desde Cumbres borrascosas no ha habido una relación más condenada que esta.
Eduardo Madina es algo más que una referencia para el socialismo en España. Su trayectoria forma parte del patrimonio de nuestra historia democrática y constituye un ejemplo para quienes entienden que la defensa de los principios puede acarrear costes importantes. Pero hay más. Su opinión y criterio siguen atrayendo la atención de muchas personas, gracias a un prestigio cultivado durante décadas. Madina posee algo más valioso que el poder: goza de una autoridad que no se obtiene repartiendo cargos ni nóminas.
En la ruptura entre Donald Trump y Elon Musk coinciden “las tres D” que el periodista y maestro de reporteros Miguel Ángel Bastenier identificaba en toda buena historia. Drama, al menos en el tono en las formas de un divorcio político retransmitido en directo; dinero, pues la contienda enfrenta al hombre más rico del mundo con el gobernante más poderoso de Occidente; y diversión, ya que medio mundo ha seguido la pelea como lo que es: probablemente el mayor espectáculo nunca visto en redes sociales. Los dos desplegaron sus réplicas y contrarréplicas en sus propias plataformas y alentaron a su vez una guerra de posiciones entre sus acólitos. Steve Bannon, exasesor de Trump e ideólogo del movimiento MAGA (Make America Great Again), encabezó una avanzadilla que se volcó en los ataques personales a Musk.
La Unión Europea es la tercera economía más grande del mundo con una de las tasas de ahorro de los hogares más altas. Sin embargo, cuando nuestras empresas están creciendo, a menudo recurren a los mercados financieros en el extranjero. ¿Por qué? Porque exportamos gran parte de nuestros ahorros, apoyando la innovación en otros lugares, mientras que muchas de nuestras propias empresas emergentes luchan por acceder a financiación.
Raúl es un padre separado. Su hijo se llama Dani y su novia, Paula. Dani tiene seis años, vive con su madre y pasa los miércoles y los fines de semana alternos con Raúl y con Paula. Paula adora a Dani, pero no acaba de encontrar su espacio en esa familia. ¿Cuál es exactamente el papel de una madrastra? Un día, Paula se enamora de otra persona, una mujer, se marcha definitivamente de casa… y se pregunta a partir de entonces qué relación tendrá ahora con un niño con el que ha compartido cinco años de la vida de ambos.
El proyecto está aún en una fase muy incipiente, pero ya ha suscitado el rechazo de los partidos de la oposición. Vox, socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de Toledo, quiere que la ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde 1986, cuente con un teleférico panorámico. La iniciativa se aprobó con el respaldo de los populares en el Debate sobre el Estado del Municipio celebrado el pasado año, y la formación ultra dispone ya de un estudio confeccionado por una multinacional especializada en este tipo de obras. “Toledo es una ciudad histórica, pero también tiene que ser una ciudad del siglo XXI. Los toledanos de nuestro tiempo tenemos que dejar nuestra huella, nuestra impronta, con pleno respeto a nuestro patrimonio histórico y artístico pero con innovaciones, y el teleférico puede ser una de ellas”, explica a EL PAÍS Juan Marín, edil de Vox y concejal de Promoción Económica y Empleo del Consistorio toledano.
El amante del policial nunca tiene suficiente. Quién sabe qué hay en la afición por lo detectivesco —el propio misterio en sí, la posibilidad de estar cada vez ante un abismo diferente, el reto de enfrentarse a un acertijo del que dependen vidas, por más que estas sean ficticias— que la vuelve por completo adictiva. Tal vez sea la forma que adopta cada vez, permitiendo, mientras se persigue al criminal, formar parte de la vida de su protagonista, y llegar a considerarlo una especie de viejo conocido. Lo cierto es que, por más que estemos en la era del true crime, la ficción criminal sigue ahí, en plena forma, y buena muestra de ellos son estas 12 series —algunas en activo desde hace más de dos décadas, para aquellos que busquen un segundo hogar policial— capaces de saciar la siempre insaciable sed de investigación catódica.