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La Guerra de las Dos Rosas fue el conflicto bélico que a finales del siglo XV enfrentó durante más de 30 años a las casas York y Lancaster. Una guerra intermitente y sangrienta por el trono inglés que inspiró a George R.R. Martin para escribir Juego de tronos y al escritor Warren Adler, La guerra de los Rose, una novela superventas que acabó dando lugar a una de las ficciones más controvertidas del cine comercial estadounidense de los años ochenta. Una de esas películas que parecen inviables hoy en día. O parecían, porque su remake, The Roses, es uno de los platos fuertes de este verano. Jay Roach, director de la saga Austin Powers y Los padres de ella, ha sido el encargado de darle una nueva vida y para ello ha reunido a dos prestigiosas estrellas británicas: Benedict Cumberbatch y Olivia Colman —¿hay alguna posibilidad de que alguien se crea que estas personas podrían enamorarse?— que recuperarán los papeles que en 1989 interpretaron Michael Douglas y Kathleen Turner.
Dentro del historial de artistas que se han peleado en un escenario, una de las personas que más cuesta imaginar en ese extremo es J Mascis (Amherst, Massachusetts, Estados Unidos, 59 años; la J es por Joseph), voz y guitarra de Dinosaur Jr., banda emblema del rock alternativo desde antes del estallido del grunge. Paciente, contemplativo, radical en su economía de palabras y gestos, ver a Mascis reaccionando a algo con emoción bien merece recibirse como un acontecimiento por sus fans o por los periodistas que intentan entrevistarle. Pero en 1989, el hasta entonces también muy tímido bajista Lou Barlow provocó su ira. Una escalada de tensiones por el carácter autoritario y los insultos privados del líder llevó a Barlow a sabotear, de forma pasivo-agresiva, un concierto tocando todo el tiempo la misma nota. En pleno espectáculo, Mascis le empujó y golpeó contra la batería.
Las universidades privadas (en las que había 442.485 matriculados en total en 2023) se ha convertido en un negocio de tal calibre que sus dueños se lanzan a ofertar todas las plazas que los gobiernos autonómicos les autorizan por si consiguen llenarlas. Y cada vez tienen más éxito, porque la población universitaria ha ido en aumento sin que los campus públicos (1,3 millones de inscritos ese año) sean capaces de responder a toda esa demanda.
Una ducha de agua fría. Buscar el lado más fresco de la cama. Bajar las persianas y abrir las ventanas cuando está más fresco. Tomar agua. Acercar el ventilador y ponerlo en distintas posiciones. Son opciones e inventos para refrescar el cuerpo, y la habitación, e intentar conciliar el sueño durante las altas temperaturas nocturnas de las últimas semanas. El mes de junio ha sido el más cálido desde que hay registro, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet); y durante ese mes y julio, el promedio de las temperaturas mínimas para todo el país ha estado por encima de lo normal.
En su Libro de los seres imaginarios, escrito en colaboración con Margarita Guerrero, Jorge Luis Borges describe una especie de pájaros fantásticos, los goofus birds, que prefieren volar marcha atrás porque les importa más de donde vienen que a dónde van.
El baloncesto femenino pedía a gritos una rivalidad de ese calibre. Caitlin Clark contra Paige Bueckers, la reina de Iowa contra la princesa de Minnesota. Dos mujeres blancas de la misma edad y estatura que comparten posición en la cancha y batieron plusmarcas de éxito precoz en el baloncesto universitario antes de dar el salto a la WNBA, la mejor liga del planeta. Clark fue la número uno en el draft de abril de 2024 y fue a parar a Indiana Fever, una franquicia en horas bajas a la que clasificó para los playoffs por primera vez en 10 años. Bueckers, tras romperse el ligamento cruzado y pasar año y medio en el dique seco, entre 2022 y 2023, fue número uno de abril de 2025 y aterrizó en Dallas Wings, un equipo sencillamente desastroso al que, gracias a ella, se le empieza a intuir un futuro brillante.
El 29 de julio de 2000, hace 25 años, Juan María Jáuregui, ex gobernador civil de Gipuzkoa y socialista, fue asesinado por ETA en su campaña criminal de “socialización del sufrimiento”. Pero apenas se conoce que, solo cinco años antes, él y su esposa, Maixabel Lasa, sobrevivieron a un atentado de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) y dos décadas antes fue encarcelado dos veces por la dictadura franquista. Ignacio Latierro, cofundador de la librería donostiarra Lagun y exmilitante del Partido Comunista de Euskadi con Jáuregui, atribuye esta singularidad a “su firme defensa del Estado de derecho frente al franquismo, al terrorismo y a la razón de Estado que esgrimían los GAL”. Maixabel Lasa, su viuda, exdirectora de la Oficina de Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, recalca el compromiso político y cívico de su marido, asesinado a los 48 años. “Defendió los derechos humanos por encima de intereses partidistas y personales. Fue un político atípico. Vivió de su profesión. Además de concejal socialista en Tolosa [Gipuzkoa], su único cargo público fue gobernador civil durante dos años y lo utilizó para resolver problemas de la gente”.
Mientras las grúas trazan el nuevo skyline de Tetuán, los vecinos del distrito buscan en vano sombra bajo un árbol inexistente. La irrupción de promociones inmobiliarias ha sumado cientos de nuevos residentes al que ya es el distrito más densamente poblado de la capital y el de menos calles arboladas, según datos del Ayuntamiento. Los pocos solares públicos han salido progresivamente a la venta, como ha denunciado la asociación local de vecinos, que lucha porque el desarrollo urbanístico no crezca a expensas del espacio público.