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El curso político arranca su última semana antes del parón veraniego con una nueva pelea en el Gobierno. Sumar acusa al PSOE de bloquear los nuevos permisos laborales para madres y padres, un compromiso del acuerdo de ambos partidos. El domingo el grupo de Yolanda Díaz indicó que ha trasladado una nueva propuesta a los socialistas. De convertirse en ley el texto que plantea Trabajo se ampliarían los permisos por nacimiento para madres y padres de 16 a 20 semanas; se incrementaría hasta las 34 semanas a las familias monomarentales (ahora en 26); y se retribuirían cuatro de las ocho semanas de los permisos para el cuidado de hijos, ya aprobadas la pasada legislatura pero sin remunerar.
Ignacio Garriga llega el pasado 16 de julio a la plaça de la vila de Polinyà, un municipio de Barcelona de 20.000 habitantes rodeado por una muralla de naves industriales, cuando el sol aún cae a plomo sobre el asfalto. Va demasiado arreglado para este calor (camisa blanca, jeans ceñidos, mocasines de piel marrón oscuro), pero es verdad que tampoco va a estar ahí mucho rato. Antes de saludar a los militantes locales y de someterse a una ronda de selfies con una sonrisa tan impecable como su ropa, el líder de Vox en Cataluña aplaude la valentía del pueblo de Polinyà, puesto en pie frente al “terror”. Le escuchan menos de un centenar de personas.
César González-Bueno (Madrid, 65 años) ha afrontado en los últimos 15 meses el gran reto de su carrera, defender el futuro en solitario del Banco Sabadell ante la opa hostil del BBVA. Sus anteriores dedicaciones parecen un juego de niños: desplegar en España ING Direct, cuando la banca online era una quimera, o pilotar NovaCaixaGalicia. La semana pasada sacó a la palestra toda la línea de defensa. Tras el regreso de la sede social del Banco Sabadell a Cataluña y el pago de un macrodividendo de 2.500 millones con cargo a la venta de su filial británica, TSB, ha defendido un nuevo plan estratégico hasta 2027, cuyo punto más llamativo es prometer pagos a los accionistas por 6.300 millones. En contraposición, la oferta del BBVA carece de un componente en efectivo y se queda un 15% por debajo de la cotización actual del Sabadell.
Jimena Marcos y Ana Ribera
Nicolás Tsabertidis
Jorge Magaz
María Corina Machado (Caracas, 57 años) lleva casi un año en la clandestinidad. El régimen de Nicolás Maduro la forzó a resguardarse en un lugar secreto tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, una cita que marco un punto de inflexión en la historia reciente de Venezuela. El chavismo, que se atribuyó el triunfo sin mostrar pruebas que lo certificaran, aceleró su deriva, profundizando el control omnímodo de todos los resortes del Estado. Al mismo tiempo, el sector mayoritario de la oposición defiende que Maduro y su entorno quedaron retratados ante el mundo al rechazar las actas de votación que se hicieron públicas y que mostraban una victoria rotunda del candidato Edmundo González Urrutia.
El lunes 29 de julio del año pasado, una multitud de venezolanos tomó las calles de las principales ciudades del país para rechazar los resultados electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral. Los datos de las presidenciales celebradas el domingo 28 difundidos por el árbitro, controlado por el Gobierno, otorgaban el triunfo a Nicolás Maduro. El mandatario no presentó pruebas que lo certificaran, mientras la oposición liderada por María Corina Machado y el candidato Edmundo González Urrutia publicaron una mayoría de actas electorales que demostraban lo contrario. Así, la ilusión popular de millones venezolanos esperanzados en un cambio político se estrelló con un régimen atrincherado.
Los equipos de Naciones Unidas en Gaza “tratarán de asistir a tantas personas hambrientas como puedan” durante las llamadas pausas humanitarias anunciadas por Israel, que deberían continuar este lunes. Es el principal mensaje del jefe de Asuntos Humanitarios de la organización, Tom Fletcher, ante el mínimo alivio anunciado este domingo por el ejército israelí, que implica permitir más entrada de ayuda a través de rutas seguras. Unas horas después de ese anuncio de Israel, el primer gesto de distensión tras la alarma mundial que ha generado en hambre en la Franja, testimonios desde la Franja recogidos por este diario indicaron que aún no se notaba un cambio en la situación ni la mejora del acceso de la población a la comida.
Las cuentas no salen en muchas prisiones europeas. La población carcelaria no para de crecer y el número de reclusos supera, en muchos países, al de las plazas disponibles, incrementando los conflictos en lugares ya de por sí complicados como las prisiones. Un rompecabezas cada vez más acuciante para los gobiernos. Ante esa presión, algunos países —en los últimos tiempos, el Reino Unido e Italia— apuestan por acortar las penas de reclusos no peligrosos, la medida más recomendada por los expertos. Pero la tendencia creciente de los Estados es mirar más allá de sus fronteras para recolocar a los presos que no les caben, pese a que experiencias anteriores de países como Bélgica o Noruega no dieron los resultados esperados y a las constantes críticas que generan esas medidas.
Da miedo pensar en ello, verlo resulta aterrador: unos aviones de combate sobrevuelan Taiwán; vehículos de guerra circulan por las calles de Taipéi; decenas de soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL, el ejército chino) aguardan como sombras camufladas entre las hierbas altas de una colina de la isla; la presentadora del informativo taiwanés cuenta las últimas noticias de una crisis en el Estrecho que ha despertado la alarma internacional. Cuando corta, pregunta asustada a sus editores en la redacción: “¿Entonces va a haber una guerra de verdad?”.
Un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, enfrentados desde la desintegración de la Unión Soviética, parece cada vez menos lejano. El pasado día 10, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, y el presidente azerbaiyano, Ilham Alíyev, se reunieron durante casi cinco horas en Abu Dabi para abordar el proceso que ponga fin a más de tres décadas de enfrentamientos y “la normalización de las relaciones bilaterales”, según destacaron los ministerios de Exteriores de ambos países en sendos comunicados. Menos de una semana después, Donald Trump, en un nuevo intento de sumar méritos para su ansiado Nobel de la Paz, aseguró que pronto se pondría fin al conflicto. “Hemos hecho magia, el acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán está cerca”, declaró el presidente de Estados Unidos, subrayando el papel mediador de Washington.