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La Guerra de las Dos Rosas fue el conflicto bélico que a finales del siglo XV enfrentó durante más de 30 años a las casas York y Lancaster. Una guerra intermitente y sangrienta por el trono inglés que inspiró a George R.R. Martin para escribir Juego de tronos y al escritor Warren Adler, La guerra de los Rose, una novela superventas que acabó dando lugar a una de las ficciones más controvertidas del cine comercial estadounidense de los años ochenta. Una de esas películas que parecen inviables hoy en día. O parecían, porque su remake, The Roses, es uno de los platos fuertes de este verano. Jay Roach, director de la saga Austin Powers y Los padres de ella, ha sido el encargado de darle una nueva vida y para ello ha reunido a dos prestigiosas estrellas británicas: Benedict Cumberbatch y Olivia Colman —¿hay alguna posibilidad de que alguien se crea que estas personas podrían enamorarse?— que recuperarán los papeles que en 1989 interpretaron Michael Douglas y Kathleen Turner.
En tiempos en los que las filtraciones de emails son ya parte de una cultura pop que abraza la pérdida de la privacidad en aras del disfrute de la polémica, cuando alguien decide publicar un correo electrónico -sin hackers de por medio-queda claro que su intención no es otra que buscar controversia. Ese ha sido el caso del diseñador Miguel Adrover, que ha publicado en sus redes el email en el que comunica a la estilista de Rosalía que se niega a hacer un ‘custom look’ (un traje a medida) para la cantante. ¿El motivo? Su silencio sobre Gaza. El diseñador ha publicado además un texto en sus redes en el que explica el porqué. “Hacer lo correcto… El silencio es complicidad, y más cuando tienes un gran altavoz donde millones de personas te escuchan cuando cantas. Por eso tienes la responsabilidad de usar este poder para denunciar este genocidio”, escribe. “Rosalía, esto no es nada personal. Te admiro por todo tu talento y por todo lo que has logrado. Y creo que eres mucho más que esos artistas que solo se dedican al espectáculo y al entretenimiento. Ahora tenemos que hacer lo correcto. MOTOMAMI”, zanja el diseñador.
Dentro del historial de artistas que se han peleado en un escenario, una de las personas que más cuesta imaginar en ese extremo es J Mascis (Amherst, Massachusetts, Estados Unidos, 59 años; la J es por Joseph), voz y guitarra de Dinosaur Jr., banda emblema del rock alternativo desde antes del estallido del grunge. Paciente, contemplativo, radical en su economía de palabras y gestos, ver a Mascis reaccionando a algo con emoción bien merece recibirse como un acontecimiento por sus fans o por los periodistas que intentan entrevistarle. Pero en 1989, el hasta entonces también muy tímido bajista Lou Barlow provocó su ira. Una escalada de tensiones por el carácter autoritario y los insultos privados del líder llevó a Barlow a sabotear, de forma pasivo-agresiva, un concierto tocando todo el tiempo la misma nota. En pleno espectáculo, Mascis le empujó y golpeó contra la batería.
En estas fechas, la bombera forestal Sara Gutiérrez (Las Palmas de Gran Canaria, 40 años) pasa la mayoría del tiempo esperando al fuego. Esta licenciada en Ciencias Ambientales, y brigadista antiincendios en el Cabildo de Gran Canaria, tiene que estar dos días a la semana de guardia en la base 12 horas en horario diurno y dos días localizable, luego libra y vuelve a empezar de noche. Buena parte de su trabajo consiste en entrenar y prepararse para cuando salta el aviso de incendio en la emisora.
Mientras las grúas trazan el nuevo skyline de Tetuán, los vecinos del distrito buscan en vano sombra bajo un árbol inexistente. La irrupción de promociones inmobiliarias ha sumado cientos de nuevos residentes al que ya es el distrito más densamente poblado de la capital y el de menos calles arboladas, según datos del Ayuntamiento. Los pocos solares públicos han salido progresivamente a la venta, como ha denunciado la asociación local de vecinos, que lucha porque el desarrollo urbanístico no crezca a expensas del espacio público.
El baloncesto femenino pedía a gritos una rivalidad de ese calibre. Caitlin Clark contra Paige Bueckers, la reina de Iowa contra la princesa de Minnesota. Dos mujeres blancas de la misma edad y estatura que comparten posición en la cancha y batieron plusmarcas de éxito precoz en el baloncesto universitario antes de dar el salto a la WNBA, la mejor liga del planeta. Clark fue la número uno en el draft de abril de 2024 y fue a parar a Indiana Fever, una franquicia en horas bajas a la que clasificó para los playoffs por primera vez en 10 años. Bueckers, tras romperse el ligamento cruzado y pasar año y medio en el dique seco, entre 2022 y 2023, fue número uno de abril de 2025 y aterrizó en Dallas Wings, un equipo sencillamente desastroso al que, gracias a ella, se le empieza a intuir un futuro brillante.
El 29 de julio de 2000, hace 25 años, Juan María Jáuregui, ex gobernador civil de Gipuzkoa y socialista, fue asesinado por ETA en su campaña criminal de “socialización del sufrimiento”. Pero apenas se conoce que, solo cinco años antes, él y su esposa, Maixabel Lasa, sobrevivieron a un atentado de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) y dos décadas antes fue encarcelado dos veces por la dictadura franquista. Ignacio Latierro, cofundador de la librería donostiarra Lagun y exmilitante del Partido Comunista de Euskadi con Jáuregui, atribuye esta singularidad a “su firme defensa del Estado de derecho frente al franquismo, al terrorismo y a la razón de Estado que esgrimían los GAL”. Maixabel Lasa, su viuda, exdirectora de la Oficina de Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, recalca el compromiso político y cívico de su marido, asesinado a los 48 años. “Defendió los derechos humanos por encima de intereses partidistas y personales. Fue un político atípico. Vivió de su profesión. Además de concejal socialista en Tolosa [Gipuzkoa], su único cargo público fue gobernador civil durante dos años y lo utilizó para resolver problemas de la gente”.
Siete años después del accidente provocado por el desplome del muelle de madera donde se celebraba un concierto nocturno del festival de O Marisquiño en Vigo que provocó 467 heridos, el Juzgado de Instrucción del caso ha vuelto a descartar por segunda vez que el Ayuntamiento y el Puerto tengan alguna responsabilidad penal en el siniestro. Una causa que se archiva pese al flagrante fallo de seguridad que puso en evidencia la falta de mantenimiento de las infraestructuras del que sí tienen competencias ambas instituciones como firmantes de un antiguo convenio que les obliga a supervisarlas. El fallo judicial desestima así el recurso de cinco de los afectados, entre ellos cuatro víctimas, pero deja abierta la vía administrativa para seguir pleiteando.
El fiasco de las adjudicaciones de plazas docentes vivido por el Departamento de Educación de la Generalitat ha desviado el foco del verdadero problema que tiene el sistema educativo de Cataluña, que no es otro que el que vienen ilustrando últimamente evaluaciones como las pruebas PISA o las “evaluaciones de final de etapa”. En triste defensa de la consejera Esther Niubó, cabe recordar que no es la primera vez que el caos organizativo golpea a la administración catalana cuando maneja grandes números: en 2023 la misma Generalitat reconoció “incidencias muy graves” en las oposiciones convocadas para estabilizar a su personal, en las cuales 13.581 aspirantes se disputaban 1.825 plazas.