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Las seis preguntas trampa de la semana pasada han dado lugar a numerosos e interesantes comentarios. En la imposibilidad de transcribirlos, los resumo en las repuestas que doy a continuación:
En Madrid, en el número cinco de la calle Cifuentes, está plantado desde hace 70 años Ada, un imponente y precioso olivo que estos días da la bienvenida a los visitantes del South Summit, el encuentro internacional de innovación y emprendimiento que, como cada año, se celebra en La Nave de Villaverde. Su nombre le viene de Ada Lovelace, la primera programadora de la historia, y sirve quizá como símbolo inmejorable de lo que sucede a escasos metros de su sombra serena.
Se puede deducir a qué generación pertenece alguien sabiendo quién es la persona que se le viene a la cabeza cuando se menciona a Natalia de Operación Triunfo. Los más jóvenes probablemente visualicen a Natalia Lacunza, la navarra de 26 años que quedó tercera en la edición de 2018 del talent show musical. Para el resto, la que responde a ese nombre con esa coletilla no es otra sino ella, Natalia (Sanlúcar de Barrameda, 42 años), que se apellida Rodríguez Gallego, pero pocos lo saben. “Que me digan Natalia de OT no me molesta, sería feo, al final es el programa que me dio a conocer. La culpa fue mía por no ponerme un apellido artístico que a lo mejor me hubiera venido bien, mira Chenoa, que se llama Laura, o Nuria Fergó, que juntó sus dos apellidos. Pero yo qué sé, tenía 18 años, venía de Sanlúcar y no tenía ni idea de nada”, cuenta la cantante gaditana a EL PAÍS.
Pese a haber reclamado durante toda la legislatura al Gobierno una Selectividad única, o al menos común, y haber anunciado que las comunidades del PP la aplicarían ya en esta convocatoria, los territorios gobernados por los populares han vuelto a poner estos días exámenes muy distintos de Historia de España, la asignatura más simbólica de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU). Han sido diferentes las preguntas y el rango temporal que abarcaban, pero también el formato de los ejercicios, su extensión, el grado de opcionalidad, la carga competencial, la inclusión de fuentes históricas como mapas, pinturas o fotografías, e incluso el día y la hora en que se han celebrado los exámenes. Puestos unos al lado de otros no se observa, de hecho, según varios profesores de secundaria de Historia consultados por este periódico, un patrón que permita distinguir los exámenes de comunidades del PP de las que no lo son.
Antes había miles de lagartijas de las Pitiusas (Ibiza, Formentera y sus islotes), una especie única en el mundo y seña de identidad del privilegiado entorno. Ahora, hay miles de culebras de herradura (Hemorrhois hippocrepis) que se están comiendo a las lagartijas, sobre todo en Ibiza, donde la invasión alcanza casi el 90% del territorio y solo quedan ejemplares en un 30% de la isla. Tampoco los islotes están a salvo, pues los ofidios han colonizado varios de ellos a nado. Los científicos calculan que en dos años habrán ocupado todo el territorio ibicenco.
Ser hoy adolescente no es nada fácil; en realidad, no lo ha sido nunca. Los cambios biológicos y hormonales propician la aparición de tormentas emocionales, arrebatos impulsivos y alteraciones del humor, tan típicos de esta etapa evolutiva. El paso de la infancia a la vida adulta implica una modificación brusca de la imagen corporal que está ligada a la asunción de la identidad y orientación sexual. Es entonces cuando la persona empieza a crear un estilo de vida propio y a dotarse de un sistema de valores. Al resultar fundamental la aceptación por el grupo de iguales, la imagen corporal y el éxito social modulan la autoestima de los jóvenes. Asimismo, los cambios sociales y familiares vividos en las últimas décadas han adelantado la entrada en la adolescencia y han supuesto unos retos para la salud mental.
Ayana V. Jackson (East Orange, Nueva Jersey, 48 años) hace fotografía para la Ayana V. Jackson de cinco años que sentía vergüenza por su cuerpo negro. Para sanar ese dolor, la socióloga y fotógrafa estadounidense se sumerge en archivos fotográficos de África, América Latina y Norteamérica para, luego, “darles la vuelta” con autorretratos que desafían la imagen de los cuerpos colonizados y esclavizados. Ha repetido la operación en los últimos 20 años y de ahí han salido series que han llamado la atención de la comunidad artística internacional como Archival Impulse (Impulso archivístico), que se inspira en el archivo del fotógrafo Alfred Martin Duggan-Cronin sobre indígenas africanos o como You Forgot to See Me Coming (Olvidaste verme llegar), en el que retrata la revolución mexicana con valientes y fuertes mujeres afrodescendientes cabalgando y empuñando armas.
En la era de los rostros Ozempic, las freidoras de aire y las estresantes apps que cuentan cada caloría consumida, se hace urgente la defensa de la fritura de ese triángulo mágico formado entre Málaga, Sevilla y Cádiz, donde se produce una cocina humilde, identitaria y sublime. “La fritura es nuestra memoria crujiente. Es Cádiz en una sartén”, ilustra Ángel León, el conocido chef del mar. “Freír bien es un arte humilde pero sagrado: es respeto por el producto, por el aceite, por el tiempo. Es el sonido del mar cuando llega a la orilla convertido en cocina”.
Algunas de las mejores cosas suceden paseando el perro. Hay gente que hace buenos amigos y otra que incluso se enamora. Furi (en el DNI, Ángel Francisco Pérez, Salamanca, 41 años) encontró así el local de sus sueños, el lugar en el que iba a abrir el restaurante que siempre quiso tener. Fue hace un año, cuando sacando a su perro se aventuró desde Carabanchel, donde se había mudado hacía poco, hasta Usera. Ahí lo vio. Una vieja bodega de tinajas que se traspasaba en una esquina en la zona aún no gentrificada de este Chinatown castizo.